Sentir, no demorar.

Un día diferente, no es peculiar a la rutina que compartes cuando sale el sol y éste opaca a la luna. Ahora estoy sintiendo, tanto que mis emociones son las que desplazan las letras, que mis dedos simbolizan el momento para pulsar cada tecla. Sí, no hay mejor inspiración que la de sentir, aunque éste sentir no sea el más ameno, quizá es doloroso y en ocasiones te limite a pensar.

No, definitivamente no es un día común, es un día que te atrapa, que no permite expresarte tal y como eres, pero aún así busca mil y una oportunidades para decirte que sí eres, que ése algo que sientes magnifica tu sentir y que lo único que evoca es más que tu sentir.

Hay tantas veces que abstenemos éste sentir, es más, demoramos tanto que se nos olvida, lo que hay a nuestro alrededor, las mismas personas, lo material e incluso lo desconocido no lo permiten.

Ya no me quiero demorar más, no quiere decir que no lo haya hecho, pero, quizá no es un sentir que pulsa día a día. Éste lo había demorado sin tranquilidad, necesitaba más que letras, una experiencia o práctica de la vida.

¿Acaso tú no has demorado tanto? ¡Pfff! Duele, como no tienes una idea…

Es inhóspito el momento en la demora, no lo hagas, no es recomendable… porque el día que te atrevas, créeme que detonará más de lo que en tanto tiempo dejaste de sentir.

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